Store

>

Artists

>

Sergio Mora

>

Si Vuelas, Vuelo

 

 

Sergio Mora

Si Vuelas, Vuelo

1975, Spain. Lives and works in Catalonia.
Painter and graphic designer. Sergio Mora studies at the Llotja School of Arts and Crafts in Barcelona. His creation takes us back to the kaleidoscope of ideas that flowed from the mind of Bosco, the Goya's blacks dreams or the posters market yellowed market posters. We talk about dreams brushed with care, where the trigonometry of the heart carries the image of the reason to obtuse, where wind-up toys mix with monsters as real as the own existence. His paintings take the viewer to oniric. Surrealism leaves the unreal to get into a new world, in two dimensions, with perspectives as possible as uncertain, as Magritte. Illustrative or pictorial, this work represents the vandalism of innocence, as a child starting the moon from the sky.

 


Si Vuelas, Vuelo, 2010

2 color silkscreen print on 370 gms acid free archival Carson Acuarela paper.
9.84" x 11.02".
Signed and numbered by the artist.
Edition of 90.
Only available in "Too Cool For School" Box Set.

Serigrafía a 2 tintas sobre papel Acuarela de Carson de 370 grs.
25 x 28 cms.
Firmada y numerada por el artista.
Edición de 90 ejemplares.
Sólo disponible en el Portfolio "Too Cool For School"

415 $ / 320 €

 

 

   

Sergio Mora
1975, España. Vive y trabaja en Cataluña.
Pintor y diseñador gráfico. Sergio Mora estudió en la Escuela de Artes y Oficios Llotja de Barcelona. Su creación nos remonta al caleidoscopio de ideas que fluyeron de la mente del Bosco, a los negros sueños de Goya, a los carteles de mercadillo amarilleados por el padre tiempo, que se encargó de dorar el ambiente de su recuerdo. Hablamos de sueños forjados con caricia de pincel, donde la trigonometría del corazón lleva la imagen de la razón a lo obtuso; donde juguetes de cuerda se mezclan con monstruos tan reales como la propia existencia. Sus cuadros sumen al espectador en lo onírico, aquí el surrealismo deja de ser irreal para dar pie a un mundo nuevo: digamos una realidad paralela, en dos dimensiones, con perspectivas tan posibles como inciertas, como Magritte, nos abre puertas a aquello que tenemos enfrentey nos convierte en viejos niños, no en niños viejos. Esta obra supone ni más ni menos que un empujón hacia la sonrisa esbozada de Mona Lisa, a ciertas notas musicales que sólo suenan con el instrumento del recuerdo. La experiencia de una obra rica en matices, espléndida en concepto... ¿ilustrativa o pictórica? Tan inocente como salvaje, es la representación del vandalismo de la inocencia, como ver a un niño arrancar la luna del cielo, o alumbrar con la lupa un hormiguero... es obra digna de una canción.